Como padres y madres de familia anhelamos un adecuado desarrollo de nuestros hijos e hijas, en todos las áreas, especialmente en lo emocional y en lo social sin embargo, no hay recetas infalibles para lograrlo.
Asistí a una espectáculo en el cual algunos niños y niñas eran invitados a subir al escenario para participar en algunas actividades. Participaron un niño y una niña, ella lo logró completar el reto en el primer intento, a él le llevó varios intentos.
Al regresar a la butaca la niña le dice a la mamá; «viste lo hice a la primera» la señora reafirma esto y la felicita. Posteriormente la interacción de ellas fue entorno a este logro siendo referencia (en un tono adecuado) los múltiples intentos que el niño llevo acabo.
Fue inevitable preguntarme ¿Cómo me hacen sentir las vivencias de estos niños? ¿Estoy inculcando exigencia, excelencia o perseverancia a mi hija? ¿Cómo entiende ella (mi hija) estos conceptos?
Esto me llevo a pensar en cuál sería un modelo efectivo para establecer conceptos de vida que sean efectivos para mi hija o cualquier otro niño, les comparto mi postura e ideas.
El primer universo de los peques
Para un niño o niña, la familia se convierte en el primer universo de su vida, es decir; el 99% de lo que conoce en su primera infancia lo hace a través de las experiencias que logran transmitir y canalizar su núcleo familiar.
De acuerdo con (Duarte, 1994) citado por Jacometo Durante, M., & Rossato Yanagu, A. (2017) la familia, presente en todas las sociedades, es uno de los primeros entornos de socialización de los individuos, que actúa como mediador principal de los patrones, modelos e influencias culturales.
En la actualidad los pequeños de la casa asisten al materno o guardería en los primeros meses de vida, lo que ciertamente contribuye de manera significativa a sus procesos de socialización y aprendizaje, pero predominan las enseñanzas del hogar.
Es entonces mediante las dinámicas del hogar que los niños y las niñas aprenderán el significado base de los conceptos, que sus padres y demás familiares enseñarán de acuerdo al conocimiento previo y paradigmático.
Renovar los conceptos
Es por esto que se hace indispensable siempre y no sólo en este tema, eliminar los paradigmas que intervienen en los conocimientos que se transfieren y la forma en cómo se transmiten.
¿Qué generación es usted? ¿A cuál generación pertenecen sus padres? Hay varias tipologías generacionales, desde mi enfoque profesional utilizo las que hacen referencia al consumo sin dejar de lado la importancia del contexto social, educativo y emocional que cada una conlleva.
De acuerdo con las vivencias que cada persona experimenta establecerá el significado y la percepción de los conceptos, por esto mi generación (nací en 1977) tuvo como indicador de éxito escolar las calificaciones.
La exigencia fue regla en la mayoría de los hogares de la década de los 80’s, «te sacas un 100 o no hay regalo de navidad» bien podía ser equivalente a un trending topic de la actualidad al final de cada año de aquel entonces.
¿Y la excelencia? ¿El sentir? Casualmente y habiendo cometido mis errores como padre con mis dos primeras hijas, me doy cuenta de que no necesariamente estamos en función de generar un enfoque de resiliencia ni perseverancia, sino de resultados.
El modelo propuesto
Desde mi experiencia como padre y con base en el enorme aprendizaje vicario que he obtenido gracias a mi esposa, considero que existen cinco aspectos esenciales que son necesarios definir y aplicar cuando deseamos generar conceptos de vida (fracaso, éxito, excelencia, exigencia, respeto, etc.) en los pequeños de la casa.
El modelo procura horizontalizar la transferencia de información y para lograrlo los adultos deben homologar su postura intelectual y espacial a la altura del niño o niña (literal y figurativamente) para lograr resultados.
Espero que sea de ayuda y gracias por leerme.